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La importancia del tacto
?rel=0" title="">?rel=0Extracto de Birth Without Violence (Por un Nacimiento Sin Violiencia) de Frederick Leboyer.
Leboyer hablar con elocuencia acerca de la importancia del primer tacto de un bebé.
Unas palabras acerca de la mano que sostiene al bebé recién nacido:
Es a través de nuestras manos como hablamos con el niño, como nos
Comunicamos, el tacto es el lenguaje primario.
"Comprender "llega después de "sentir"
Entre las personas ciegas, este tacto nunca ha perdido su sutileza e importancia.
Inmediatamente sentimos lo importante que es un contacto así, cuan importante es el modo en que sostenemos a un bebé.
Se trata de un lenguaje de piel a piel "la piel desde la cuál emergen todos nuestros órganos sensoriales. Y estos órganos, a su vez, son como ventanas" aperturas en la piel que nos contiene y que, al mismo tiempo, nos mantiene separados del mundo.
La piel del bebé recién nacido tiene inteligencia, una sensibilidad que apenas podemos imaginar.
A través de la piel es como el bebé después de nacer conoce una vez todo su mundo, es decir, a su madre. Fue a través de toda la superficie de su espalda como conoció el útero "la casita del bebé".Nuestras espaldas son, literalmente, nuestro pasado.
Ya ha nacido el bebé. Y de repente, este contacto ha desaparecido, para siempre.
Las manos le tocan. Las manos, tan diferentes del útero en su temperatura, en su peso, en su modo de moverse, en su fuerza, y en su ritmo.
Este es el primer contacto del bebé con lo desconocido, y con el nuevo mundo, con todo aquello que es "otro".
Y nuestras manos que tocan y sostienen al bebé, estas manos que no saben ni sienten, no tienen ninguna comprensión, acerca de todo lo que el bebé ha experimentado hasta ese momento.
Nuestras manos son instrumentos de nuestra inteligencia, nuestra voluntad.
Obedecen a los músculos. Músculos voluntarios, ágiles. Sus movimientos son rápidos, breves, casi bruscos.
Y aterrizan al bebé, que solamente ha experimentado los lentos ritmos internos del útero.
¿Cómo podría el niño no sentir pánico hacia esta nueva clase de tacto?
¿Cómo, entonces, deberíamos tocar a un bebé recién nacido?
Muy sencillo, recordando lo que este bebé acaba de dejar atrás .No olvidando nunca que todo lo nuevo y desconocido puede aterrorizar
Y que todo lo conocido y familiar es reconfortante.
Para calmar al bebé en este mundo extraño e incomprensible en el cual acaba de emerger, es necesario y suficiente, que las manos que le sostienen hablen el lenguaje del útero.
¿Qué significa esto?
Que las manos "deben recordar "la lentitud, el movimiento continuo de la contracción uterina, la "onda peristáltica" que el bebé ha llegado a conocer tan bien durante los meses finales anteriores al nacimiento.
Esta es otra razón por la cual es necesario poner primero al bebé sobre su estómago. De tal modo, haciéndole un masaje, "hablemos" con su espalda.
¿Y qué es lo que deberían decir nuestras manos?
Exactamente lo que la madre y el útero han estado diciendo y haciendo.
No el útero tal y como era durante los últimos trabajos de parto, no el útero violento que expulsa y destierra. Si no el útero de los días tempranos y felices. El útero que presiona lenta y tiernamente. El útero que abrazaba. El útero que era puro AMOR.
Lo que necesita no es en si un movimiento energético de fricción ni una caricia, si no un masaje profundo y lento.
Nuestras manos viajan sobre la espalda del bebé, una y otra vez, siguiendo
la una y la otra como si fueran olas. Una mano está todavía en contacto cuando la otra comienza. Cada una de ellas ha de mantener su ritmo constante hasta que haya concluido todo su viaje.