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Comportamientos antisociales desde una perspectiva de investigación de salud primal

Como seres humanos estamos dotados de tendencias gregarias. Como la mayoría de primates necesitamos vivir en grupos. Puesto que también estamos dotados de la capacidad de comunicarnos de formas altamente sofisticadas, especialmente a través del lenguaje, los humanos creamos entornos culturales. Los entornos culturales prescriben y proscriben; dictan lo que las personas deben y no deben hacer de acuerdo con su medio social y sus circunstancias. Se establecen normas, con al menos un mínimo de consenso, que hacemos cumplir a través de sanciones sociales.

Michel Odent

Pero teniendo en cuenta que cualquier comportamiento antisocial es contrario al patrón de esa sociedad en particular, este marco es impreciso. Además, existen muchos grados de desviación de lo que es considerado normal, así como muchas formas de desviación. En otras palabras, las tendencias gregarias entre los miembros de un mismo grupo de humanos son desiguales.

La perspectiva que nos proporciona la Investigación de Salud Primal (Primal Health Research) nos ayudará a superar estas dificultades y a incluir la diversidad de rasgos de personalidad, comportamientos y dolencias bajo un mismo abanico.
Cuando estudiamos comportamiento antisociales, las fronteras convencionales entre la medicina, la criminología y el estudio de los rasgos de personalidad se vuelven confusas e incluso engañosas. No obstante, nos sirven como puntos de referencia. Consideraremos en principio las desviaciones que se estudian habitualmente en el marco de la psiquiatría.

 

Desviaciones clasificadas habitualmente como patológicas


Esquizofrenia. Esta es una palabra muy productiva cuando exploramos el Banco de Datos del Primal Health. Un aumento convergente de evidencia sugiere que las anomalías cerebrales presentes en esta condición se desarrollan en el periodo pre- y perinatal. La acumulación de la base de datos publicada después de 1990 apunta a la conclusión de que la patogénesis de la esquizofrenia es un capítulo de la ecología del útero (www.wombecology.com).

Las primeras pistas que nos proporciona la base de datos concierne a la circunferencia de la cabeza en el nacimiento. Los bebés recién nacidos Pre-esquizofrénicos muestran una circunferencia de cabeza (en relación a la longitud del cuerpo) desproporcionadamente más pequeña.Otros factores de riesgo son un peso del nacimiento y longitud bajos, así como un peso de la placenta bajo. Además, las frecuentes anomalías físicas menores (particularmente anomalías en la boca en hombres) asociadas con la esquizofrenia son consecuencias obvias de defectos en el desarrollo prenatal.

Estudios sobre esquizofrenia tras exposición prenatal al hambre muestran resultados altamente convincentes. Aquellos expuestos durante la primera mitad de su vida fetal a la hambruna Holandesa del invierno de 1944-1945 mostraban un aumento en el riesgo de esquizofrenia.La tasa de esquizofrenia en adultos tras exposición prenatal a la hambruna China de 1959-1961 confirman la base de datos Holandesa.

Entre las posibles enfermedades durante el embarazo, debemos dar una importancia particular a la gripe, que ha sido estudiada ampliamente como un factor de riesgo.(Sólo un estudio falló en detectar una relación entre la esquizofrenia y la gripe existente durante la vida prenatal). Evidencia serológica de gripe prenatal en la etiología de la esquizofrenia confirma la base de datos epidemiológica. La existencia de gripe maternal durante el embarazo como factor de riesgo de esquizofrenia nos puede ayudar a interpretar los numerosos estudios relacionados con las palabras clave ´seasonality of birth´(estacionalidad del nacimiento) y ´schizophrenia´(esquizofrenia). Es ya conocido que en el Hemisferio Norte hay un exceso significante de nacimientos en invierno/primavera entre pacientes de esquizofrenia. Un repaso general de la literatura médica confirma este hecho. También parece ser que la distribución trimestral de nacimientos de pacientes de esquizofrenia se invierte en el Hemisferio Sur, y que los efectos de la estación-de-nacimiento es difícil de demostrar en países tropicales y ecuatoriales. Igualmente se ha demostrado la relación entre anticuerpos en la madre y toxoplasmosis y el riesgo de esquizofrenia y otros desórdenes del espectro de la esquizofrenia en descendientes.

Las complicaciones más comunes durante el embarazo emergen como factores de riesgo. Un estudio que cubrió todas las admisiones a hospitales psiquiátricos y todos los nacimientos en hospitales en Escocia identificó los expedientes obstétricos de personas nacidas entre 1971-74 que fueron posteriormente admitidos en hospitales con un diagnóstico de esquizofrenia, y seguidamente compararon sus expedientes obstétricos estándares con los de controles contrastados. Se estudiaron 115 casos de esquizofrénicos y sus correspondientes parejas de control. Los primeros mostraron un exceso altamente significante de complicaciones durante el embarazo. En particular, había un exceso de preeclampsia (10 contra 2). Todos los niños Suecos nacidos entre 1973-79 formaron parte de un estudio de conexión de datos entre el Registro De Nacimientos Sueco (Swedish Birth Register) y el Registro de Hospitalización Sueco (Swedish Inpatient Register). Entre los niños cuyas madres sufrieron hemorragias durante la última fase del embarazo, el riesgo se multiplicó por cuatro.

Los fármacos que se utilizan para tratar enfermedades o dolencias en el embarazo podrían causar más daño que la enfermedad en sí. Un estudio Danés a 7999 individuos y 116 casos de esquizofrenia encontró una asociación significante entre la exposición a analgésicos durante el segundo trimestre de embarazo y el incremento del riesgo de esquizofrenia. En un estudio previo a 7866 individuos y 84 casos de esquizofrenia, el mismo equipo de investigación descubrió que los fármacos prescritos para tratar hipertensión (particularmente diuréticos) en el tercer trimestre mostraron un aumento del riesgo de un 4.01.

El riesgo de esquizofrenia en relación a la contaminación intrauterina, particularmente la contaminación a causa de metales pesados, es una nueva y prometedora vía de investigación. En muestras sanguíneas de mujeres embarazadas en California entre 1959 y 1966 se recogieron los niveles de plomo. Se hizo entonces una comparación entre 44 mujeres cuyos hijos desarrollaron esquizofrenia y 75 mujeres cuyos hijos no la desarrollaron. Los hijos de aquellas madres cuya sangre excedía los 150 microgramos de plomo por litro tenían el doble de posibilidades de desarrollar esquizofrenia que aquellos cuyos niveles estaban por debajo de esta cifra.

A pesar de las dificultades metodológicas, ha sido posible demostrar que ciertos estados emocionales maternales durante el embarazo son factores de riesgo. En un estudio Finlandés, se recogió una base de datos entre un número de individuos nacidos en 1966. En el sexto o séptimo mes de embarazo se les preguntó a las madres si el embarazo era deseado, no planeado pero deseado, o no deseado. Se obtuvieron diagnósticos de Esquizofrenia del registro de altas de los hospitales Finlandeses. El riesgo de desarrollar esquizofrenia más adelante entre los niños provenientes de embarazos no deseados incrementó, comparado con los niños de embarazos deseados o embarazos no planeados pero deseados, incluso después de hacer ajustes socio-demográficos, y variables de embarazo y perinatales (el riesgo se multiplicó por 2.4).

Los experimentos llevados a cabo con animales nos pueden ayudar a interpretar estudios epidemiológicos. Lesiones prenatales en el hipocampus en ratas se mantienen en silencio hasta la vida adulta del animal, cuando se da una respuesta anormalmente dramática al estrés o los desafíos presentados por las anfetaminas. Parece altamente probable, teniendo en cuenta los experimentos con animales, que un defecto en el desarrollo del hipocampus durante la vida fetal es uno de los componentes principales de la cadena de sucesos que conduce a la esquizofrenia.

Varios estudios detectaron semejantes factores de riesgo durante el periodo perinatal como estrés fetal durante el parto, presentaciones anormales y cesáreas complicadas, mientras que no pudieron detectar ninguna asociación entre complicaciones obstétricas y un historial familiar de esquizofrenia. De hecho, la inclusión de variables múltiples sugieren que estas complicaciones pueden ser en parte secundarias a sucesos anteriores. No obstante, debemos ser conscientes de que, en los modelos de animales, el sistema dopaminérgico parece ser particularmente vulnerable a una amplia gama de insultos perinatales, y que la esquizofrenia está asociada a las alteraciones de las funciones dopaminérgicas.

Es notable que muchos estudios no pudieran encontrar ningún efecto protector en la lactancia materna. Sin embargo, de acuerdo con un estudio Italiano, la leche materna puede posponer el inicio de la enfermedad sin reducir el riesgo.44 Debemos prestar una atención especial a un estudio Danés a 6841 individuos de los cuales 1671 fueron amamantados durante dos semanas o menos y 5170 que fueron amamantados durante un periodo más largo. La lactancia materna durante dos semanas ( o sin lactancia materna) se asoció a un riesgo de esquizofrenia más elevado.45 Cuando comparamos este estudio con otros, parece indicar que el efecto protector de la leche materna aparece sólo si impedimos el destete antes de las dos semanas en vez de al mes. Este estudio tiende a confirmar que los riesgos de esquizofrenia se establecen durante la fase temprana de desarrollo que termina inmediatamente después del nacimiento.

El estudio de la esquizofrenia desde una perspectiva de la investigación de la salud primal es una oportunidad ideal para ilustrar la importancia de la cronometría cuando estamos considerando los efectos de la interrelación genética-medioambiental en el desarrollo humano. Estudios epidemiológicos revelan una gran diversidad de factores medioambientales que pueden incrementar los riesgos de esquizofrenia. Sin embargo, la cronometría de un insulto es más importante que su naturaleza. El hecho de que la incompatibilidad sanguínea maternal-fetal también aparezca como un factor de riesgo confirma que la cadena de sucesos que conducen a la esquizofrenia empieza en una fase temprana de desarrollo.

 

El Autismo se considera también una desviación patológica de la tendencias gregarias habituales en humanos. Una acumulación de base de datos (incluyendo la Primal Health Research Data Bank) sugiere que la cronometría de la interrelación genético-medioambiental en el autismo es diferente a la esquizofrenia. Varios estudios autoritativos indican la suprema importancia de los sucesos del nacimiento en el génesis de los diferentes desórdenes del espectro autístico. Mi interés en el autismo empezó en 1982, cuando conocí a Niko Tinbergen, uno de los fundadores de la etología, que compartió el Premio Nóbel con Konrad Lorenz y Karl Von Frisch en 1973. Un etologista familiarizado con la observación del comportamiento animal, estudió el comportamiento no-verbal de los niños autísticos en particular. Como etologista de campo estudió a estos niños en su entorno familiar. No sólo ofreció descripciones detalladas de sus observaciones, sino que también nombró los factores que favorecen al autismo o que pueden exagerar los síntomas. Los factores del periodo perinatal incluyen: la inducción del parto, un parto con fórceps profundos, parto bajo los efectos de anestesia, y resucitación en el parto. Debemos también rescatar del olvido un informe de Ryoko Hattori, un psiquiatra de Kumamoto, Japón.Hattori evaluó los riesgos de autismo en función del lugar de nacimiento, como un hospital donde los niños corrían un riesgo de mayor relevancia. En ese hospital en concreto, la rutina habitual era inducir el parto una semana antes de la fecha y administrar una compleja mezcla de sedantes, agentes anestesiantes y analgésicos durante el parto.

Entre los tres estudios más amplios y autoritativos que han surgido recientemente sobre el autismo desde la perspectiva de Investigación sobre Salud Primal (Primal Health Research), el que viene de Australia convencerá a cualquiera de que los factores de riesgo principales ocurren en el periodo perinatal. Los 465 sujetos nacidos en el Oeste de Australia entre 1980 y 1995 y diagnosticados con un desorden del espectro del autismo antes de 1999, fueron comparados con los informes de nacimiento de 481 hermanos/as de los casos y con 1313 controles. No se observaron diferencias en la edad gestacional en el nacimiento (con inclusión de la proporción de bebés prematuros), en el peso por edad gestacional, circunferencia de la cabeza, o longitud entre los casos y los sujetos de control. Preeclampsia no aparecía como un factor de riesgo. Esta ausencia de resultados presta más importancia a los factores perinatales. Comparados con sus hermanos/as, los casos de autismo mostraban una probabilidad más alta de haber nacido a través de un parto provocado, haber sufrido angustia fetal, y haber nacido con una puntuación de Apgar baja. Comparados con los sujetos de control, las probabilidades de haber nacido tras una inducción o por una cesárea de emergencia o electiva eran más altas.

Podemos sacar conclusiones similares de un estudio que comprende a todos los niños nacidos en Suecia entre 1974 y 1993. No se encontró ninguna asociación entre autismo y la circunferencia de la cabeza, diabetes gestacional, ser gemelo, o la estación del nacimiento, mientras que la cesárea aparecía como un factor de riesgo. Este estudio no pudo considerar la inducción del parto como posible factor de riesgo, ya que este término no apareció en los registros de nacimientos en Suecia hasta 1991. Un informe reciente de Israel también mostraba no haber encontrado diferencias prenatales entre niños autísticos y controles, pero mostraba tasas más altas de complicaciones durante el nacimiento en la población autística. Además, debemos considerar la base de datos que indica que los factores perinatales pueden jugar un papel menor en autismo en individuos de alto rendimiento comparados con los estudios de autismo asociado con retraso severo, así como la base de datos que sugiere que el uso de anestesia durante el parto es un factor de riesgo en el desarrollo de diskinesia en niños autistas.

Aunque los factores de riesgo para el autismo parecen ocurrir primordialmente en el periodo perinatal, debemos tener en cuenta la asociación entre el autismo y el síndrome fetal por valproato (medicación anti-epiléctica)54 y con embriopatía talidomídica.55

 

El Trastorno por Déficit de Atención y Desorden de Hiperactividad es también considerado una desviación patológica de las normas. Los niños con esta condición son incapaces de socializar con otros niños. Un repaso de los estudios introducidos por la palabra clave (key word) ADHA sugiere que los principales factores de riesgo ocurren durante la vida fetal. Los factores de riesgo mejor documentados son bajo peso de nacimiento56,57, nacimiento prematuro58, fumar durante el embarazo59,60,61, consumo de alcohol y drogas durante el embarazo59, deficiencia de iodina maternal62, y también el grado de ansiedad en la madre, particularmente entre la semana 12 y 22 de gestación.63

De hecho, todas las enfermedades mentales interfieren en el proceso de socialización, incluyendo la psicosis maniaco depresiva, que no ha sido estudiada todavía desde la perspectiva de la investigación de salud primal.

 

Desviaciones habitualmente clasificadas como comportamiento

Cuando exploramos el Banco de Datos de Primal Health Research, la palabra clave criminalidad nos conduce a las investigaciones que subrayan la importancia de factores prenatales. Dos estudios Finlandeses sugieren que ciertos estados emocionales durante el embarazo son factores de riesgo. En uno de estos estudios los autores identificaron a 167 niños cuyos padres habían fallecido antes de que estos nacieran.También identificaron a 168 niños cuyos padres habían fallecido durante el primer año de vida de estos. Los informes médicos de estos 335 niños fueron estudiados durante 35 años. La mayoría de los padres habían fallecido durante la Segunda Guerra Mundial cuando el alcohol y los cigarrillos eran severamente racionados, o inexistentes. En grupos, los padres eran de edad y estrato social similares. Todos los niños crecieron sin presencia paterna. Sin embargo, sólo aquellos cuyos padres fallecieron durante el embarazo mostraban mayor riego de criminalidad (mas alcoholismo y enfermedades mentales). Los resultados de este estudio sugieren que el estado emocional de la madre durante el embarazo tiene mayores efectos a largo plazo en el niño que durante el primer año de vida. El otro estudio Finlandés investigó a 12,059 niños nacidos en 1966 con un seguimiento hasta finales de 1998.En la Clínica Antenatal se les preguntó a las mujeres embarazadas si se sentían deprimidas. El Ministerio de Justicia Finlandés proporcionó información sobre las infracciones delictivas o criminales de todos los descendientes. Se encontró un ascenso significante de criminalidad en los varones nacidos de madres con depresión prenatal.

Fumar durante el embarazo es un factor de riesgo en criminalidad. En un estudio comprendiendo una cohorte de 4169 hombres y 3943 mujeres nacidos entre 1959 y 1961, se encontró una relación dosis-respuesta entre la cantidad de cigarrillos consumidos por la madre durante la fase prenatal y los arrestos criminales en los sujetos (hombre y mujer).

Más de 4000 varones nacidos en el mismo hospital en Copenhagen fueron monitorizados hasta los 18 años de edad y valorados posteriormente otra vez a los 34 años.69 Los autores observaron particularmente la interrelación entre complicaciones en el nacimiento y rechazo maternal temprano. El principal factor de riesgo en delincuencia violenta encontrado en estos estudios es la asociación entre complicaciones en el parto y rechazo materno temprano. El rechazo materno temprano por sí solo no aparece como factor de riesgo. Una vez más, podemos concluir que hay una implicación de influencias tempranas en la delincuencia criminal.

 

En la encrucijada entre la psiquiatría, la criminología y la psicología

El desorden de personalidad Antisocial’ se refiere a individuos con una carencia de respeto hacia los estándares morales o legales de la cultura local, y quiénes exponen una inhabilidad marcada a entenderse con otros o a atenerse a las reglas sociales. Muchas acaban en prisión o mueren de forma violenta o en accidentes resultantes de un comportamiento arriesgado.

Debemos tener en cuenta que incluso los mismos psiquiatras no alcanzan un acuerdo unánime sobre la existencia, contenido, y diagnóstico de los desórdenes de personalidad antisocial. A pesar de estas dificultades, la palabra clave desorden de personalidad antisocial (antisocial personality disorder) nos conduce a estudios epidemiológicos que están dentro del marco de la Investigación de Salud Primal. El estudio más extenso se concentra en las consecuencias del bloqueo de víveres en los Países Bajos durante el invierno de 1944-1945. Los participantes eran 100,543 varones holandeses nacidos en grandes áreas urbanas entre 1944-1946 y quienes recibieron exámenes psiquiátricos al registrarse en el servicio militar a los 18 años.70 Fueron clasificados por el grado de deficiencia nutricional prenatal basándose en la fecha y el lugar de nacimiento. Los hombres expuestos a una deficiencia nutricional maternal severa durante el primer o el segundo trimestre de su vida fetal, exhibían un aumento de riesgo en desórdenes de personalidad antisocial. Exposición a deficiencia nutricional severa durante el tercer trimestre y exposición a deficiencia nutricional moderada prenatal no fueron asociados como un factor de aumento de riesgo.

 

Excéntricos y genios

Ciertas desviaciones de las típicas tendencias gregarias en humanos son clasificadas como rasgos de la personalidad. Entre estas desviaciones debemos mencionar el caso de los excéntricos y los genios. La mayoría de los altamente-creativos, genios legendarios, poseían personalidades poco usuales y excéntricas y manifestaban muchos rasgos esquizotípicos. Isaac Newton jamás se casó y vivió casi toda su vida solo. Albert Einstein tenía deficiencias interpersonales muy documentadas así como un cuidado e higiene personal pobres. Bertrand Russell fue un niño solitario, inseguro y ausente antes de alcanzar una inestable vida adulta.

El vínculo entre genialidad y locura ha sido ampliamente estudiado desde el siglo diecinueve, después de que Cesare Lumbroso, un psiquiatra italiano, publicara su libro l'uomo di genio en 1862, y Francis Galto publicara Genialidad Hereditaria en 1869. Los rasgos de personalidad de los genios pueden ser despreciados como detalles sin importancia, sino fuera por el hecho de que sus historias familiares indican una fuerte relación entre la genialidad y la esquizofrenia. J.L.Karlsson, un psiquiatra en Islandia, investigó la relación genética entre esquizofrenia y creatividad, examinando a los familiares de los individuos listados en el Quién es Quién (Who´s Who) islandés. Su investigación mostró que los familiares de estas celebridades sufrían una tasa de esquizofrenia más alta.71 Hay que anotar que la hija de James Joyce era esquizofrénica, y que el pedigrí familiar de Bertrand Russell estaba inundado de esquizofrenia: su tío William sufría demencia y su tía Ágata sufría trastornos delusionales; su hijo John fue diagnosticado con esquizofrenia y su nieta Helen también sufría esta misma enfermedad y se suicidó prendiéndose fuego. De la misma manera, el primer hijo de Albert Einsten de su primer matrimonio sufría de esquizofrenia. El hijo de John Nash, el genial matemático y Premio Nóbel de Economía, padecía esquizofrenia. Bastantes individuos esquizofrénicos y muchos que comparten genes esquizofrénicos de primer, segundo o tercer grado están entre los individuos de mayor creatividad. La cercana relación entre demencia y creatividad condujo a David Horrobin a asumir que la esquizofrenia moldea a la humanidad.72

Por razones obvias, es difícil estudiar conceptos tan imprecisos como el comportamiento social o la creatividad desde una perspectiva de Investigación de Salud Primal. Probablemente sea más fácil en un futuro próximo mejorar nuestro entendimiento de las interacciones genético-ambientales, particularmente durante la vida fetal. Hoy en día estamos aprendiendo que en algunos casos el gen de uno de los padres es silenciado en uno de los órganos y que éste puede ser el cerebro. Por esta razón el concepto de genes impresos pueden ayudarnos a interpretar la relación entre comportamientos antisociales, esquizofrenia y creatividad.

En el pasado, intenté investigar el periodo primal de genios famosos como Galileo, Newton, Pascal, Darwin, y Einstein. Es destacable el hecho de que estos individuos altamente creativos nacieron de forma prematura en la era anterior a las unidades de cuidados intensivos. Es muy probable que su supervivencia fuera fruto de un entorno excepcionalmente amoroso, vigilante y estimulante que los expuso a una gran variedad de estímulos sensoriales a una edad en que otros todavía están en el útero materno. Durante un periodo crítico en la fase de desarrollo las interacciones genético ambientales sucedieron en condiciones inusuales.

¿Existe un vínculo de conexión entre prematuridad y creatividad?73 ¿Quién estudiará la relación entre la sociabilidad y la creatividad y el método Canguro?

Michel Odent

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